¡No sólo ocurre con los lápices! Cualquier cosa que conocemos está inmaterialmente en nuestro entendimiento. Por supuesto, no podría ser de otro modo, pues no podemos esperar que las cosas materiales estén físicamente, pero en pequeño, en nuestra mente. De ser así, llegaríamos a un punto donde ya no nos caben más cosas en la mente.
Sin embargo, ¿cómo es que pasó algo tan asombroso como eso? ¿Cómo puede ser que un lápiz, o cualquier objeto, que es físico y palpable, ha llegado a estar en un estado inmaterial en nuestro entendimiento?
Muchos filósofos han intentado dar una respuesta a esto. Entre ellos se encuentra nuestro ya mencionado Tomás de Aquino, quien tomó la teoría del conocimiento aristotélica y la desarrolló ampliamente. Intentemos, entonces, llegar a comprenderlo.
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